Sumisiones mortales
La religión de la paz se cobró ayer una nueva víctima. Theo Van Gogh, biznieto del hermano del famoso pintor, había dirigido un documental titulado "Sumisión" sobre el tratamiento que el Islam, palabra que efectivamente significa sumisión, da a la mujer. Tanto él como la guionista, la diputada liberal de origen sudanés Hirsi Ali, habían recibido amenazas de muerte tras la emisión del mismo. Ayer se cumplieron.
Mucho me temo, que nadie se toma esto en serio. Absolutamente nadie. Y me temo que al paso que vamos, cuando queramos abrir los ojos, será demasiado tarde, cuando el lobo esté ya dispuesto a darnos la dentellada definitiva que ponga muerte a su presa.
El fundamentalismo islámico está tomando raíces en Europa, y no será criticando a Bush como se reduzca. Mientras el peligro no sea tomado en serio por las gallizos del continente, la amenaza irá a más. Y no es que vaya a más. Cada día aumenta exponencialmente.
La libertad de expresión, la religiosa y la del propio individuo no puede ser bajo ningún pretexto la pantalla de protección que usen estas indeseables personas, que se creen en posesión de la verdad absoluta, en donde no cabe otra alternativa. Mucho no hacen por integrarse; la verdad es que no. No me extraña que luego, sucesos como los ocurridos hace unos años en un pueblo de la costa malagueña, donde la población casi lincha a todo musulmán o marroquí que a tiro tenían, puedan volver a ocurrir a corto plazo.
Solo baste recordar, que el escritor Salman Rushdie, sigue pendiéndole una fatua que lo condenó a muerte por publicar un libro: Los versos Satánicos. Ni siquiera su conversión al Islamismo le librará de tal trágico destino que tal vez algún día, llegue a producirse. Espero que nunca tenga que leer esa noticia. Como decía un imán iraní, aunque se volviera el hombre más pío de la tierra, sus suerte está echada y su destino decidido. Con gente así, no se necesitan Bushes.
Mucho me temo, que nadie se toma esto en serio. Absolutamente nadie. Y me temo que al paso que vamos, cuando queramos abrir los ojos, será demasiado tarde, cuando el lobo esté ya dispuesto a darnos la dentellada definitiva que ponga muerte a su presa.
El fundamentalismo islámico está tomando raíces en Europa, y no será criticando a Bush como se reduzca. Mientras el peligro no sea tomado en serio por las gallizos del continente, la amenaza irá a más. Y no es que vaya a más. Cada día aumenta exponencialmente.
La libertad de expresión, la religiosa y la del propio individuo no puede ser bajo ningún pretexto la pantalla de protección que usen estas indeseables personas, que se creen en posesión de la verdad absoluta, en donde no cabe otra alternativa. Mucho no hacen por integrarse; la verdad es que no. No me extraña que luego, sucesos como los ocurridos hace unos años en un pueblo de la costa malagueña, donde la población casi lincha a todo musulmán o marroquí que a tiro tenían, puedan volver a ocurrir a corto plazo.
Solo baste recordar, que el escritor Salman Rushdie, sigue pendiéndole una fatua que lo condenó a muerte por publicar un libro: Los versos Satánicos. Ni siquiera su conversión al Islamismo le librará de tal trágico destino que tal vez algún día, llegue a producirse. Espero que nunca tenga que leer esa noticia. Como decía un imán iraní, aunque se volviera el hombre más pío de la tierra, sus suerte está echada y su destino decidido. Con gente así, no se necesitan Bushes.
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CAPITAN CALANDRAKA -